Hacía mucho tiempo que no me apetecía cocinar algo fuera de lo habitual. Quizá el espíritu de Chicote me haya ayudado y esta noche he metido mano al horno para preparar algo muy facilito, aprovechando un sobrante de carne que tenía. He comprado unos filetes de guiarra sin venas para el enano y el remate de la pieza, con bastante grasa, me lo ha regalado el carnicero. Él mismo me ha dicho que esos trozos de carne los prepara al horno con patatas, así que yo no iba a ser menos.
Unas patatas cortadas en panadera, se frien un poco pero sin terminar de hacer. Se hace con ellas una cama en una bandeja del horno (en mi caso con papel de cocinar para no tener que fregar luego), sin escurrir el aceite para que luego se terminen de hacer con el calor. Se coloca la carne encima, aderezada con algo de aceite virgen (yo lo he repasado con las manos para que el aceite llegue a todas las partes de la pieza; otros preferirán hacerse una salsa con aceite y especias, pero a mi no me gusta matar el sabor natural de la carne) y se mete al horno, previamente calentado a 250º, pero luego rebajado a 180º para que la carne se haga por dentro. No he puesto sal aposta, ya que aunque es un potenciador del sabor, la guiarra es muy sabrosa tal cual. Al gusto.
Tras unos 10 minutos de horno el resultado es un plato de carne asada con patatas muy ricas. Como pega, la grasa que ha soltado la carne ha empapado las patatas, por lo que han quedado bañadas en lugar de crujientes. A mejorar para la siguiente vez, en la que usará una pieza de carne sin grasa. En media hora tenemos un plato diferente y muy sencillito de hacer. Viva el zampar!
¿Y para los demas nada?