Como todos los aficionados saben, este pasado fin de semana se han celebrado en Madrid los Edge Days 2012, unas jornadas organizadas por Edge con objeto de presentar sus novedades y permitir a los jugadores probarlas antes de comprarlas. El evento se desarrollaba en el hotel NH Parque Avenidas, en el cual me hospedé junto a mis compañeros de viaje desde el viernes para estar desde primera hora en pleno fregao. Esta ha sido mi vivencia.
Aunque el evento se desarrollaba en sábado y domingo, la idea de viajar el día anterior era para aprovechar el viernes para ir de tiendas frikis. Fallo de agenda, ya que al ser la Almudena las tiendas estaban cerradas en la capital, por lo que hubo que recalcular el planning. Así que tirando de contactos, conseguí quedar con un par de compañeros de curro para echar unas partiditas con ellos y pasar de esta forma el día jugando. Uno de los implicados tiene contacto con la gente del Club Dragón, que fue donde finalmente quedamos, aunque finalmente hicimos visita y una partida ligera. Por cierto, yo quiero un club como este cerca de casa, que envidia!!
Un mundo sin fín, el juego de cartas: Por falta de tiempo para jugar a algo mas serio, salió a la mesa este sencillo juego de cartas, que tiene la pega de no ser un filler por la duración, ni un juego complejo por sus reglas. Personalmente creo que le sobran turnos y sería mas ameno.
Tras esta partidilla, nos vamos al hotel, hacemos el checkin y comprobamos que no somos los únicos frikis que hemos decidido acampar a orillas de la batalla. A fin de cuentas, los torneos empiezan a las 10AM, por lo que tiene mucho sentido. No está disponible la zona de juegos, pero nos hacemos un hueco en la cafetería para, en una mesa, probar un juego clásico que ya deberiamos haber probado hace tiempo.
El Grande: De los pocos juegos que me faltaban (e interesaban) jugar del Top Ten de la BGG, aunque actualmente se encuentra en el puesto 15. Es un juego de mayorías, de colocar tus cubos en la mayor cantidad de territorios del mapa y luego puntuarlos durante las fases correspondientes o a golpe de carta. Me ha recordado demasiado al Rattus, pero este salió antes. La única pega que le he visto, es que las cartas en inglés pueden inducir a error, aunque en breve sale publicado en castellano. Interesante, pero no es de mis mecánicas favoritas.
Al día siguiente comienza el evento, del cual yo en realidad paso en gran medida: no tengo excesivo interés en probar los juegos que hay disponibles, sólo quiero ver el (omnipresente) X-Wing, Wiz-War y Fiasco. El resto no me interesan, si los puedo probar, bien; sino también. Así que dedico la mañana del sábado a ir de compras por el triángulo friki madrileño.
A la vuelta, a eso de la 1, me encuentro algo cansado y desganado, pero decido bajar a ver que se cuece en el evento (a fin de cuentas, es para lo que he venido). Mi primera impresión es que hay demasiada gente y demasiada testosterona junta. Me gustan los juegos de mesa, pero me gusta jugarlos con calma y es justamente lo que no había.
Tras un paseo rápido por la zona para ver como está el tema organizado, me entero que hay mesas donde voluntarios de Edge (y afiliados) enseñan a jugar a los diferentes juegos. Si te interesa alguno, te apuntas en una franja horaria (cada demo dura 30-60 minutos dependiendo del juego) y acudes en ese momento para jugar. Para la hora de la comida ya estaban copadas las agendas de casi todos los juegos, así que me apresure en apuntarme al X-Wing (a la media hora) y al Fiasco (para el día siguiente). Quería la tarde del sábado libre para algo que estaba organizado de antemano.
X-Wing Miniatures: el juego estrella de las jornadas, el que estaba disponible en mas mesas y el que todo el mundo quería probar. Y un chollo para Edge, ya que está pensado de forma que con el juego básico te quedes cortos y tengas que acabar comprando las naves de expansiones, otro juego de dados e incluso, un segundo juego básico. Un sacaperras, vamos, y por eso estaba por todos lados.
Fantasy Flight envió al evento un espectacular tablero que recrea la superficie de la Estrella de la Muerte, con torretas y todo, que seguramente sería lo mas llamativo de todo el evento. Yo me conformé con probar las reglas en una partida normal jugando con un X-Wing contra 2 Tie Fighter. En media hora me explicaron (rapidito) las reglas y pudimos echar un enfrentamiento, en el cual me destruyeron la nave, aunque también podía haber destruido yo los Tie. Razón? El azar de los dados.
No deja de ser un Wings of War con alguna cosilla más para darle vidilla, pero si los combates dependen (en mayor o menor medida) de tiradas de dados, puedes ganar o perder con igual probabilidad. El sistema de juego es bueno y llama a jugar más partidas, pero me huelo que esa componente de azar no me va a terminar de gustar. En todo caso objetivo cumplido, juego probado y ok a comprarlo (ya tenía 2 naves de la expansión antes incluso de ir a Madrid).
Tras una siestecilla para reponer fuerzas, comienza a tomar forma lo que yo tenía planificado de antemano. Tener un blog, participar en twitter, foros, … te permite conocer gente de todos sitios y con gustos similares. Así que tenía hablado con Deinos que podíamos aprovechar mi visita a Madrid para que me enseñara a jugar un 18XX. El elegido finalmente fue uno mas suave de la familía.
Steam over Holland: Hace tiempo que quiero hincarle el diente a un 18XX, mi sentido araña zumba cada vez que hablo del tema y como imaginaba, mi instinto no me engañaba. JUEGAZO!
Aunque estoy dispuesto a jugar a cualquier juego de mesa (cooperativos y dungeons con algún reparo), procuro evitar aquellos en los que el azar determina el éxito o fracaso de mis decisiones. Los que me atraen y llenan son esos en los que una planificación de tu partida produce resultados a largo plazo, y los 18XX cumplen los requisitos en la teoría, que luego se ha demostrado en la práctica.
Aparentemente puede confundirse con un juego de colocación de losetas como Steam, pero tras jugar la primera partida te das cuenta de que realmente el juego consiste en saber gestionar las acciones de las compañías de trenes que están en juego, tanto tuyas como de tus rivales. Es por ello que hay que cambiar la mentalidad y ver el tablero en su conjunto, fijándote en lo que hay bajo tu control pero también en lo del resto, ya que puedes/debes jugar con todos los elementos en juego, no sólo los que tu controlas.
Me ha parecido un juegazo, a pesar de ser una primera partida a dos jugadores y que ha durado 3 horas y media (explicación incluida), dato que echará para atrás a mas de uno. ESTE es el tipo de juegos que me gusta. Y mi instinto me dice que los wargames tampoco me van a defraudar. Gracias Deinos por tu paciencia y por enseñarme el juego y algunas enseñanzas derivadas de otras partidas. Para ser mi primer día, perder 4000 contra 3600 no está mal, no?
Con esto daba el día (y las jornadas) por satisfechas. Nos vamos de cena y a la vuelta estamos invitados a un evento sorpresa del que no sabemos nada y que al parecer no es para todos, sino para los que Edge ha querido invitar. En la zona de juegos habían preparado una zona con acceso a juegos para seguir jugando por la noche, y con barra de bebidas como en las bodas, con gastos pagados mediante tickets que había que solicitar a los (escondidos) chicos de Edge. La idea fue buena, pero mal rematada por nuestra parte, ya que elegimos probar el que hasta hoy considero peor juego de mesa que he tenido el disgusto de catar.
Patente de corso: Fue el regalo elegido por uno del grupo con la entrada al evento. Una baraja de cartas y varios barquitos de plástico, es lo que puede encontrarse en la caja, junto a las reglas. He dicho reglas? No, quería decir broma, ya que hasta a un niño de 3 años pueden parecerle pueriles. Que bobada y absurdez de juego. Que perdida de tiempo. Tras este rato perdido, a la cama a descansar que nos falta el Domingo.
Tenía en la agenda únicamente una partida pendiente, por lo que un buen desayuno, apoyado en una buena noche de sueño y al salón de nuevo a probar cosas nuevas.
Fiasco: Se trata de un juego de rol narrativo, en el que sólo hacen falta un boli, unos trozos de papel para apuntar las características del escenario donde suceden los hechos y un montón de D6 negros y rojos. Y una copia del juego, claro, donde eliges un escenario y con los dados sacados, vas confgurando la partida (también pueden encontrarse nuevos escenarios en el minisite del juego, donde se colgará un generador de escenarios automático).
Las configuraciones a elegir para los escenarios son una idea de olla total, propician que la historia que hay que inventarse con los elementos que proporcionan se desmadre y todo derive en risas y diversión. Eso si, es necesario que los jugadores sean ágiles y tengan capacidad de inventiva. Al final a los 2 que terminamos con mejor puntuación nos regalaron sendas camisetas del juego, que por supuesto, me está pequeña. Me gustó mucho, pero no necesito comprarlo ya que fue el juego de regalo que elegí para las jornadas.
Esto fue prácticamente todo lo que dio de sí el Domingo, que había que volver en coche a Bilbao, a ser posible, con luz natural.
Tras haber reposado unos días el evento, el análisis que hago ahora de él es positivo, ya imaginaba que iba a encontrarme y por ello había previsto un Plan de Rescate adecuado. El año que viene estas jornadas serán mas cerca de casa y si no hay impedimentos de última hora volveré a ir, pero seguramente con un plan similar. En principio no me interesan probar mas que ciertos juegos del catálogo, pero no a cualquier precio (lease con calma). Imagino que a otros les habrá encantado decir que han probado 20 juegos, pero personalmente no me aporta nada probar un juego a la carrera si luego no voy a volver a catarlo. Sólo he dejado el Wiz-War en el tintero, pero seguro que algún día tengo la oportunidad de probarlo, por lo que no me preocupa.
Se nota que Edge hace esfuerzos para que todos puedan tener acceso a sus juegos y este evento es la demostración. Pero con un poco menos de gente me hubiera gustado mas.
Los dos comentarios que he leído de estas jornadas han sido similares: mal organizado, demasiada gente, ausencia de juegos interesantes… ¡Que desalentador! No me arrepiento tanto de no haber ido, estando en Madrid.